La madre del menor involucrado, demandó al Instituto donde el infante cursa sus estudios y a la profesora, la indemnización por el daño psicológico ocasionado a su menor hijo por diversas agresiones físicas y psicológicas ocurridas durante la estancia del menor en el segundo año escolar (2009-2010). Mediante contestación a la demanda por parte del Instituto, se argumentó que los problemas psicológicos del menor derivaban del ámbito familiar y del trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) que padece. De la sentencia de primera instancia se determinó absolver al Instituto de las prestaciones reclamadas, pues del contenido del material probatorio no se acreditaba el maltrato físico y psicológico en contra del menor, sentencia que fue confirmada en segunda instancia.
La Primera Sala, al resolver destacó que, la situación enfrentada por el menor inmiscuido si constituyó acoso escolar, incitado y fomentado por su profesora, y al que no respondió apropiadamente la escuela y su personal educativo. Dichas conductas generaron un acto ilegítimo e inconstitucional sobre aspectos personales del niño, que terminó por vulnerar su dignidad y afectó sus derechos a la a la integridad física, a la educación y a la no discriminación. Por lo que condenó a la reparación del daño.
