William Baird fue encontrado culpable por proveer un artículo anticonceptivo a una mujer soltera. La ley de Massachusetts consideraba un crimen el vender, prestar, u ofrecer a una persona cualquier droga, medicina, instrumento, o artículo anticonceptivo con el propósito de evitar la concepción. La excepción en el marco de la ley era sólo aplicable a parejas casadas. El señor Baird sostuvo ante las Cortes nacionales que la ley es inconstitucional al carecer de un objetivo vinculado con la salud, y por violar el derecho a la privacidad de las personas solteras a acceder anticonceptivos.
La Corte Suprema consideró la ley inconstitucional y contraria al derecho a la privacidad de las personas solteras bajo la Constitución de obtener y usar anticonceptivos. El derecho fundamental a la privacidad es individual y protegido por la Enmienda XIV - Cláusula de Protección a la Igualdad de la Constitución – la cual prohíbe un trato diferenciado injustificado a personas solteras. La Corte tomó en consideración que la prohibición carecía como objetivo el prevenir conducta prohibida o dañina. Los anticonceptivos ya eran permitidos para personas casadas y para prevenir enfermedades. En consecuencia, la ley fue considerada discriminatoria, demasiado amplia, e inconstitucional.