Mayo: La Suprema Corte y la academia mexicana: una agenda para el CEC
Un diálogo productivo entre la academia y la Suprema Corte es fundamental. Los académicos desempeñan funciones imprescindibles para el trabajo jurisdiccional: examinan el razonamiento judicial, evalúan el comportamiento y la organización de los jueces, y proponen soluciones para resolver casos problemáticos, por nombrar algunos ejemplos. Su labor retroalimenta al juez, afina la maquinaria judicial y mejora la impartición de justicia.
En el Centro coincidimos en que la tarea que desempeñan los académicos, “retroalimenta a los jueces el significado y el sentido de su propio trabajo, que realizan diariamente bajo una presión cada vez mayor” (Birks, 1998). Un diálogo permanente enriquece tanto la decisión judicial como la labor académica. En esta edición del foro se exploran los pasos para fomentar y consolidar este vínculo, con la siguiente pregunta:
¿Qué podría hacer el CEC para acercar la doctrina de la Suprema Corte a la academia mexicana y contribuir a una relación más productiva entre ambas?